sábado, enero 15, 2005

Titulares Atrevidos



La columna del tío Juan


Ojo: Este es un despacho exclusivo de “Cucú Press”

“Borondongo le dio a Bernabé...”

Podemos imaginar a los abrumados editores de La República sopesando los informes de sus redactores sobre el verdadero despelote de las firmas Falsas, Perú Posible, Toledo, la Bonita Familia, Mono Triste, Otárola, la Burga, el loco Rey, Menacho, el desconcertado Ferrero... ¿Cómo sintetizar todo esto en una primera página que solo admite frases muy cortas en letras grandes? Sólo la salsa, la guaracha, podía hacerlo.

Por esto es que la edición del diario de Camaná le puso música a esta parafernalia que tiene sabor a operativo sicosocial montesinista inventado por Luza o por Cucharita Padre. “Songo le dio a Borondongo... Borondongo le dio a
Bernabé...”.

De cualquier forma, el titular pasará a la historia de los encabezados
memorables, tal como lo fue en su tiempo “Chinos como cancha en el Paralelo 38”, de “Ultima Hora” de diciembre de 1950. La historia fue igual: Raul Villarán desesperaba por encontrar un título de Primera Página que dramatizara en pocas palabras el avance incontenible de un formidable ejército que traspasaba la líneas divisoria de los dos Coreas. Nada le gustaba.

Hasta que pasó por ahí Lucho Loli, preguntó por el problema que angustiaba a los tituleros de Ultima Hora y propuso: “Digan pues que hay chinos como cancha...” Fue como una iluminación para el periodista que redactó rápidamente “¡Chinos como cancha en el Paralelo 38!” y gritó: -¡Al taller, para Primera! inaugurando toda una etapa en el periodismo popular peruano.

Desde entonces “titular” o “cabecear”, componer titulares se ha convertido en una especialidad muy difícil en el periodismo. El propio Loli escribió más adelante sobre el tema y dijo, por ejemplo, “... el cabecero debe acusar un correcto sentido de la observación para descubrir en el texto en “núcleo de la cuestión”, es decir, el aspecto que debe explotarse en el título. Y aquí funciona como una especie de catador de vinos... El espíritu de observación y la búsqueda de lo nuevo deben auxiliarse con cierta capacidad de expresión. Nada gana el cabecero con encontrar el meollo íntimo e inédito de la noticia si no sabe darla al público”.

Y modestia aparte, yo tengo en mi haber algunos lindos títulos de Primera, cuando Extra era vespertino de verdad en los sesentas. Hubo un eclipse, la costa se oscureció por instantes y yo lancé un “Hoy amaneció dos veces” que a la gente le gustó mucho. Pero mi favorito es aquel que se me ocurrió cuando llegó la noticia del inminente matrimonio del magnate Onassis con Jackie, la viuda de Kennedy. Pusimos en letras grandotas: “No Jackie: es Viejo, Gordo y Feo” y causamos risa y , sobre todo, adhesión porque sintonizamos con la opinión popular , que es lo que vale al final.

¿Cómo tomará el público la salseada de La República, un verdadero alarde de audacia periodística? Será interesante observar, pero a mí, francamente, me ha
gustado aunque también habrían podido colocar un severo: “Esto no lo arregla nadie” o quizá: “¡Llamen al Chapulín Colorado!”
Raul Villarán era partidario de los títulos de las películas y cuando la imaginación se agotaba recurría al listín. A ver, ¿qué les parece: \"Los Increíbles\", \"La Casa Maldita\", \"La Nueva Gran Estafa\"...?
O sencillamente; \"¿Bailamos?\".

Tío Juan

Este es un despacho exclusivo de Cucú Press.

jueves, enero 13, 2005

La Oferta Radial en LIMA

La columna del tío Juan

Las dulces campanadas de la Virgen del Pilar, de las seis de la mañana, me sorprenden haciendo girar el dial de mi pequeño receptor, bajito nomás para no despertar al personal.

Es la mejor hora para escuchar la radio y con una oferta noticiosa variada.
Revisemos la FM (la otra banda, la AM es poco recomendable, salvo para quienes buscan la salvación por la onda media...).

Comencemos por la izquierda, avanzando hacia la derecha (no, no es una metáfora):

-Qué Buena. Allí están dos sobrevivientes del peor fujimorismo, Denis Vargas Marín (“Qué buena, juajuajá”) y Mónica Chang (“¿Le duele, señor, le duele?”) para ejercer la más ruda oposición y burla al Gobierno. Poco recomendable, salvo para añoranzas de la década pasada;

-RPP Noticias. El mejor momento de la emisora es aquel –que ya comentó Alonso Alegría- en que Raúl Vargas hace el resumen de lo que pasó, augura lo que se viene, atiende el Rotafono y hace las entrevistas que le pone en bandeja la productora Garrido. Ya más tardecito se descompone el ritmo y cuando lo reemplaza Lombardi, pronto, moverse hacia la derecha;

-CPN Radio. Para comenzar la mejor síntesis de lo que sucedido en la noche y revisión de diarios; luego ingresan el veterano y enterado Alberto Ku King y sus reporteros. Pero a las siete suspenden y pasan a otra cosa cuando deberían – modesta opinión- sostener el ritmo hasta las ocho por lo menos. Sus razones tendrán;

-Radio Miraflores. El Momento. Se arrancan con Radio Francia Internacional, uno de los mejores noticieros de la historia de la radio. Una magnífica síntesis de lo que pasa en el mundo y entrevistas de antología. Lástima que poco más tarde Enrique Llamosas profiere el lamentable “Buenos Días Señor Presidente”, especie de editorial lloroso de reclamo que hace que saltemos a la derecha con rapidez;

-1160 Radio Noticias. Buen equipo, lástima que sean apristas o apristones, da lo mismo. Los que ya estamos hasta el copete con Mercedes Cabanillas o Mauricio Mulder, los dejamos hablando solos...

- Filarmonía. Mi noticiero favorito: Radio Nederland, una obra maestra de la información por radio con unos Especiales sobre temas del días que desasnan al más desinteresado. Casi media hora para luego pasar a la música llamada culta:

-Radio Nacional. Aquí termina nuestro recorrido con el esfuerzo de la radio del Estado por estar en la cancha de las seis a siete de la mañana, la hora cumbre en que unos nos afeitamos, otros ya desayunamos y otros más encendemos el motor del auto y la radio, a ver qué pescamos en la media hora que nos espera hasta la oficina.

Solo sentimos una ruidosa ausencia: no hay BBC de Londres, el paradigma, la referencia de la información radial de toda la vida. ¿Qué ha pasado? ¿Onstá?

Radialmente,

Tío Juan

lunes, enero 10, 2005

Cracker vulnera la seguridad web de La República

El sistema informático del diario La República fue vulnerado por un cracker que alteró los contenidos del tema de la portada dominical de la edición del domingo y la llenó de insultos.

La República nombra al que vulneró su seguridad como "hacker" y aclara "pirata informático". Cabe resaltar que esta es un simplificación de lo que es un hacker. De esta manera contribuye a la mitología que equipara a un hacker con un delincuente o un pirata (Real academia Española: Persona que, junto con otras de igual condición, se dedica al abordaje de barcos en el mar para robar).

Según Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Hacker)

Un hacker (del inglés hack, recortar), también conocidos como sombreros blancos es el neologismo utilizado para referirse a un experto (ver: Gurú) en programación, redes de comunicaciones, o sistemas operativos que puede conseguir de un sistema informático cosas que sus creadores no imaginan. Su entendimiento es más sofisticado y profundo respecto a los sistemas informáticos, ya sea de tipo hardware o software. Se suele llamar hackeo y hackear a las obras propias de un hacker.

Se dice que el término de Hacker surgió de los programadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT), que en los 60 se llamaron a sí mismos hackers, para indicar que podían hacer programas mejores y más eficaces, o que hacían cosas que nadie había podido hacer. En el mismo sentido, se suele decir que el sistema GNU/Linux ha sido creado y es mantenido por hackers, este último, Linux, fue creado por el hacker Linus Torvalds y dio el nombre a este sistema al mezclar su primer nombre con el del sistema operativo Unix.

El término actualmente es algo ambiguo, ya que también se utiliza para referirse a:

- Aficionados a la informática que buscan defectos, puertas traseras y mejorar la seguridad del software, así como prevenir posibles errores en el futuro (ver: Agujeros de seguridad).
- Delincuentes informáticos, o crackers, que es su uso más extendido, y que sería incorrecto, según los propios hackers.

Artículos Relacionados:
En Universia existe un artículo al respecto:
Un hacker no es un cracker, ni tampoco un phreaker.
(...)
¿Quién es un hacker?
Hacker [originalmente, alguien que fabrica muebles con un hacha] n. 1. Persona que disfruta con la exploración de los detalles de los sistemas programables y cómo aprovechar sus posibilidades; al contrario que la mayoría de los usuarios, que prefieren aprender sólo lo imprescindible. 2. El que programa de forma entusiasta (incluso obsesiva). 3. Persona capaz de apreciar el valor del hackeo. 4. Persona que es buena programando de forma rápida. 5. Experto en un programa en particular, o que realiza trabajo frecuentemente usando cierto programa; como en "es un hacker de Unix." (Las definiciones 1 a 5 están correlacionadas, y la gente que encaja en ellas suele congregarse.) 6. Experto o entusiasta de cualquier tipo. Se puede ser un "hacker astrónomo", por ejemplo. 7. El que disfruta del reto intelectual de superar o rodear las limitaciones de forma creativa. 8 [en desuso] Liante malicioso que intenta descubrir información sensible cotilleando por ahí. De ahí vienen "hacker de contraseñas" y "hacker de las redes". El término correcto en estos casos es cracker.

¿Quién es un cracker?

Cracker n. El que rompe la seguridad de un sistema. Acuñado hacia 1985 por hackers en defensa ante la utilización inapropiada por periodistas del término hacker (en su acepción número 8.
(...)
---

También en dictionary.com:
CRACKER:

An individual who attempts to gain unauthorised
access to a computer system. These individuals are often
malicious and have many means at their disposal for breaking
into a system. The term was coined ca. 1985 by hackers in
defence against journalistic misuse of "hacker". An earlier
attempt to establish "worm" in this sense around 1981--82 on
Usenet was largely a failure.

Use of both these neologisms reflects a strong revulsion
against the theft and vandalism perpetrated by cracking rings.
The neologism "cracker" in this sense may have been influenced
not so much by the term "safe-cracker" as by the non-jargon
term "cracker", which in Middle English meant an obnoxious
person (e.g., "What cracker is this same that deafs our ears /
With this abundance of superfluous breath?" -- Shakespeare's
King John, Act II, Scene I) and in modern colloquial American
English survives as a barely gentler synonym for "white
trash".

While it is expected that any real hacker will have done some
playful cracking and knows many of the basic techniques,
anyone past larval stage is expected to have outgrown the
desire to do so except for immediate practical reasons (for
example, if it's necessary to get around some security in
order to get some work done).

Contrary to widespread myth, cracking does not usually involve
some mysterious leap of hackerly brilliance, but rather
persistence and the dogged repetition of a handful of fairly
well-known tricks that exploit common weaknesses in the
security of target systems. Accordingly, most crackers are
only mediocre hackers.

Thus, there is far less overlap between hackerdom and
crackerdom than the mundane reader misled by
sensationalistic journalism might expect. Crackers tend to
gather in small, tight-knit, very secretive groups that have
little overlap with the huge, open hacker poly-culture; though
crackers often like to describe *themselves* as hackers, most
true hackers consider them a separate and lower form of life,
little better than virus writers. Ethical considerations
aside, hackers figure that anyone who can't imagine a more
interesting way to play with their computers than breaking
into someone else's has to be pretty losing.